La mayoría de las personas piensan que la riqueza solamente se refiere al dinero, eso no es lo correcto. Porque existe la riqueza económica y riqueza espiritual.
Algunas personas tienen la idea que la riqueza más segura es el dinero guardado en el banco, los bienes raíces, las acciones de fuertes empresas, las joyas, mientras que otras acumulan y guardan monedas de oro y plata.
Todas ellas están equivocadas. Un terremoto, un robo, un rayo, una inundación o incendio, pueden destruir por completo los bienes raíces o hacerlos perder grandemente su valor.
También sabemos que las empresas más fuertes han quebrado de tiempo en tiempo, y que las joyas y el dinero quedan al alcance del ladrón.
Hay una riqueza, sin embargo, que está por encima de todo. Una riqueza que no puede perderse y que podemos llevar con nosotros a todas partes, en la que no se paga impuestos; esa riqueza es el conocimiento. Hoy en día el saber es poder.
El hombre que sabe, puede convertir sus conocimientos en dinero, bienes raíces, acciones o joyas. El hombre que sabe lleva en su cerebro una riqueza incalculable.
En la actualidad, en una sociedad del conocimiento tenemos que capacitarnos de manera permanente, para poder generar ingresos y mejorar nuestra calidad de vida y contribuir en el desarrollo de nuestra región y del país.
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