Nadie
duda que la educación es el motor que
genera el desarrollo de los pueblos.
Sin la educación hay atraso, pobreza y todos los males sociales que existen en el
mundo.
Las
grandes potencias del mundo se desarrollan y progresan gracias a la educación.
Las
características, las fortalezas y los
problemas de la sociedad peruana hacen más importante que se formen a nuestros
niños, niñas y adolescentes como sujetos emprendedores, preparados para
impulsar las grandes transformaciones que nuestro país necesita.
La
pobreza y la falta de empleo sigue siendo un problema que afecta a las
mayorías. Las desigualdades que afectan a la población y que generan violencia,
marginación, explotación requieren ser enfrentadas con alternativas de
solución. El deterioro ambiental demanda respuestas efectivas y rápidas.
Nuestra
historia y nuestro futuro nos plantean reconstruir nuestro país desde una
perspectiva intercultural; con instituciones y propuestas con la que los
peruanos y las peruanas nos identifiquemos y nos comprometamos. Esto implica
desarrollar múltiples emprendimientos de naturaleza política, social, económica
y cultural.
Las
grandes reformas que el Perú necesita, demandan de grandes emprendimientos. La
educación para el emprendimiento es la formación de nuestra población, para los
grandes cambios que el Perú necesita.
Llegar
a ser una persona emprendedora requiere de formación. Nadie nace siendo
emprendedor. La persona emprendedora se hace, adquiriendo determinadas
competencias que hagan posible su actuación positiva en la sociedad. La
educación peruana tiene que asumir la misión de formar personas emprendedoras.
Es una demanda enorme de la sociedad peruana.