En
un principio, la función de la auditoria se limitaba a la mera vigilancia, con el fin de evitar errores
y fraudes.
Con
el crecimiento de las empresas, la separación entre propietarios y
administradores, y los intereses de terceros (entidades de crédito,
Administración Pública, acreedores, etc.) se ha hecho necesario garantizar la
información económico- financiera suministrada por las empresas.
Sin
abandonar las funciones primitivas, la auditoria aborda un objetivo más amplio
de determinar la veracidad de los estados financieros de las empresas, en
cuanto a la situación patrimonial y a los resultados de sus operaciones.
Al
Reino unido se le atribuye el origen de la auditoria.
En
países con gran tradición contable, la profesión del auditor está muy
desarrollada, y la legislación hace frecuentes referencias a la auditoria, como
en el Reino Unido.
Ante
el fenómeno cada vez mayor de la globalización de la
economía(internacionalización de la actividad de las empresas), se hace
necesario alcanzar altos niveles
comparativos , a nivel internacional, de la información financiera
suministrada por las empresas para conseguir una mayor armonización contable en
el ámbito supranacional(afecta a más de una nación), y poder comparar los
estados financieros de empresas de distintos
países, sin disminución de la comprensión de esta
información por parte de los usuarios: inversores, trabajadores, acreedores y
analistas financieros.